top of page
Buscar
  • marinamg0210

Taller Pequeños Escritores.

La vida es un conjunto de experiencias, momentos y sensaciones. Hay algunas de esas experiencias que se clavan con especial cariño en nuestro corazón, convirtiendo el momento en único y haciendo que brote de nuestro interior una sensación inigualable. Hace un par de semanas, la vida me regaló una de esas experiencias: un taller de escritura para niños.

Desde entonces, muchas personas me han preguntado cómo me ha fue y, sinceramente, tengo que decir que me ha ido increíblemente bien, todos lo pasamos genial y repetiría con los ojos cerrados. Pero ya dije que en este rincón iba a hablar un poquito de mi siempre que tuviera la ocasión, que iba a usar este espacio para decir esas cosas que no soy capaz de soltar en voz alta. Todos los que me conocen saben que siempre se me han dado mejor las letras que las palabras.

Así que, ¡vamos allá!

Cuando me propusieron el taller desde el Ayuntamiento, acepté sin pensarlo. Porque yo soy así y, si algo me parece buena idea, no me lo pienso ni un segundo. Tres días más tarde lloraba por mi casa porque <<¿cómo he podido aceptar sin pensarlo?, ¿qué narices les voy a contar yo a esos niños?>>. Lo peor es que esas frases se alternaban con <<¡qué guay!, ¡qué emoción!, ¡se me están ocurriendo muchas cosas y me gustan todas!>>.

Siempre he dicho que mi ser es una auténtica contradicción y, para mayor muestra, un botón. Esta es la prueba de que soy tímida para las cámaras, aunque no lo aparente.



Bueno, tras idas y venidas, cuando quedaban dos semanas para hacerlo, llegó la segunda ola de la pandemia y, obviamente, se suspendió. Y llegó, como diría uno de los niños, EL DRAMA. Sí, mayúsculas incluidas porque fue digno de telenovela.

Pasó Navidad, pasó la tercera ola y las cosas empezaron a mejorar. Volví a ponerme en contacto con el Ayuntamiento y decidimos volver a poner fecha. Entonces, llegaron los nervios, las prisas, los saltitos por mi casa, grabar el vídeo para promocionarlo (cuatrocientas tomas) y muchas cosas más.

Y, por fin, llegó el primer día del taller. Llegaron los niños, nos presentamos y empezamos a trabajar. Las primeras ideas llegaron con mucha fuerza y hubo que descartar algunas porque la historia se nos iba de las manos, pero Clara, Dadem y Dani se quedaron y nos acompañaron durante esos dos bonitos días. Para los curiosos: Dadem es uno de los personajes, es un dragón y su nombre salió tras unir las iniciales de los niños y la mía. Y sí, eso fue idea mía, pero les gustó más a ellos que a mí.

En mitad de esa primera sesión, se me ocurrió decir que, si algún personaje nos estorbaba, podríamos mandarlo de viaje. ¿Sabéis qué se les ocurrió a ellos? Matar a los personajes. En ese momento, me reí y les dije que eso no lo podíamos hacer, que estaba feo… Tal y cual, pero os juro que por dentro saltaba de la emoción y quería cometer ese asesinato.

No matamos a nadie. Son niños, por Dios, hay que tener conocimiento. Eso sí, nos deshicimos de dos personajes y los mandamos a un sitio muy bonito.

El resto de momentos, me los guardo.

Os dejo el cuento que creamos D, A, D, E y yo. Es el cuento más especial de todos los que he escrito y nunca lo olvidaré.

Por cierto, el cuento se llama Clara y su mellizo perdido.


Clara y su mellizo perdido, Cuento Talle
.
Descargar • 140KB

Gracias de nuevo al Ayuntamiento de Caravaca, a Laura, Concejala de Juventud, y a Juan, director del Centro Joven. Gracias a los papis y mamis de mis cuatro niños. Gracias, sobre todo, a mis cuatro niños.


Y, por último, gracias a ti, querido lector, por leerme y apoyarme. Prometo que muy pronto habrá noticias frescas de mi segunda novela.

Hasta entonces, os quiero.

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page