Hay días en los que la palabra <<no>> aparece antes de que suene la alarma.
Eso es así.
A mí esos días no suelen visitarme a menudo, pero cuando lo hacen... Lo hacen a lo grande, como todo en la vida. Y ya si a eso le sumamos que es lunes... No tengo palabras para describir esa sensación, pero no es buena. Para mí empezar la semana así es un presagio de que, o me pongo las pilas y la cambio, o la semana se me va a hacer bola, cuesta arriba y mil cosas más. Soy una de esas personas a las que la palabra lunes le da escalofríos.
Lo siento, pero no puedo evitarlo: no me gustan los lunes.
La verdad, nunca me han gustado los lunes. Ni estando de vacaciones me gustan los lunes. Pero de vacaciones de las buenas, de playa, sol, buen tiempo y esas cosas. O en la montaña, sin ruido, con mucha música y muchos folios para escribir. Concepto vacaciones, que todos sabemos de lo que hablo.
Pues ni así me gustan los lunes. Ni un poquito. Ni un cachito.
Bueno, sí hubo un lunes en el que fui muy feliz, en el que era plenamente feliz: 17 de agosto de 2020, fecha de publicación de Persona número tres.
Hay lunes que pueden se bonitos.
Hay lunes que se te clavan en el corazón, te lo expanden y hacen que sigas soñando.
Hay lunes en los que eres todo felicidad, aunque el día se te haga bola.
Hay lunes malos.
Hay lunes muy lunes.
Hay lunes en los que no quieres mirarte al espejo.
Hay lunes en los que te tienes que poner mil capas para que nadie vea que no es un buen día.
Hay lunes en los que buscas un chiste para reírte.
Hay lunes en los que te apetece estar solo.
Hay lunes en los que necesitas estar acompañado.
Hay lunes en los que llorar es la única salida a tus problemas.
Pero ¿sabes que tienen todos estos lunes en común?
Que solo duran veinticuatro horas.
Solo.
Duran.
Veinticuatro.
Horas.
Y que da igual que sea lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado o domingo. Los días solo duran veinticuatro horas.
Solo.
Duran.
Veinticuatro.
Horas.
Feliz lunes, mundo.
Feliz semana.
Sígueme en por Instagram, este lunes no está siendo bueno y, si no cambia, hoy desvelaré una gran sorpresa relacionada con Persona número dos. Y si no lo hago hoy, lo haré en muy pocos días.
Con amor,
Marina.